A ti, que apuestas por la seguridad.
En la anterior entrada intenté explicar la idea de confianza personal con la que trabajo en consulta. Ésta segunda surge de la pregunta que surge en muchas ocasiones después de explicarlo: “¿Y esto cómo lo hago?”.
Desde una entrada de blog me cuesta dar recetas o consejos, porque prefiero trabajar y ver con cada persona cual puede ser su “vía de confianza” -o de la solución que sea que estemos trabajando-.
Por esto en este punto, prefiero dar algunas pautas a seguir si lo que se quiere es ignorar lo que he comentado sobre la confianza y en cambio seguir con la idea de obtener seguridad a cualquier precio -porque quien sabe, tampoco tengo por qué ser convincente al 100%, tampoco-.
8 claves para buscar el 100% de seguridad e ignorar tu confianza
1.- Ante una duda que tengas, pregunta su opinión a todo aquel que puedas: explica lo que ocurre con muchos detalles y pregunta sin cesar qué piensan, qué haría esa persona y sobre todo, no te dejes la pregunta más importante: qué deberías hacer tú. No importa si te conocen mucho, poco o nada, se trata de recoger el número posible de opiniones. A partir de aquí, intenta sacar una única conclusión de lo que deberías hacer. Y, por supuesto y sin dudarlo, hazlo.
2.-Si haces algo que te gusta, como dibujar, escribir, algún tipo de manualidad, pide también la opinión sobre lo que haces y si deberías cambiar algo. Y lo haces. Y si puede ser, dáselo a esa persona y que te lo modifique ella misma.
3.- Acepta consejos aunque no los pidas. Da las gracias. Y luego síguelos.
4.- Intenta siempre prever, ante cualquier duda, todo lo que puede ocurrir, por más peregrino y absurdo que parezca. Cuando no hay seguridad ni confianza, todas las posibilidades están abiertas.
5.- Y recuerda siempre que nunca se está lo bastante preparado si no se ha previsto.
6.- Nunca, jamás de la vida, te permitas improvisar. Nunca saldría lo bastante bien.
7.- Tampoco te permitas escuchar tu intuición. La seguridad no entiende de sensaciones no conscientes que sale de tu propia experiencia y sentido común. Ni caso.
8.- O algo está y sale perfecto o está fatal. No cedas a la tentación de pensar que algo “es pasable” o “puedes tirar” si no ha salido TODO lo bien que debería haber salido. Ten siempre la seguridad de que si algo te sale bien, será por algo que otro te haya dicho o haya hecho, no por algo que hayas hecho tú.
9.- Como paso final, no olvides nunca que siempre puedes venderle tu alma al diablo que te prometa el 100% de seguridad en tu vida. Si lo encuentras, ten en cuenta a la vez que el 100% de seguridad es como los Reyes Magos de Oriente. Los 3.
Nunca se tiene suficiente seguridad
Seguro que existen más maneras de mermar tu confianza en la búsqueda de la seguridad, éste es solo un pequeño compendio de algunos métodos.
Algo es seguro en la seguridad: nos resta confianza tanto mientras la buscamos como si la conseguimos efímeramente.
Aún así, quisiera de nuevo animarte a probar construir confianza en ti y que aproveches cualquier ocasión que se te presente para ello. El motivo es el siguiente: mientras que la seguridad invita a intentar anticipar y prever los problemas –algo que frecuentemente nos lleva a obsesiones-, cultivar la confianza nos ayuda a tener más capacidad para hacer frente a esos mismos problemas. Evitar puede ser una opción, pero siempre es una solución de tiempo limitado. Tener mayor capacidad para afrontarlos consigue que los costes personales y en la idea que tienes de ti mismo será menor: salimos mejor parados de los baches si tenemos algo de confianza en nosotros.
Cada uno de nosotros somos nuestro principal recurso a la hora de enfrentarnos a la vida. Te invito a sacarte partido. Y a que me preguntes si algo no ha quedado claro.
Aquí tienes la primera parte de este artículo sobre la confianza.
¡Hasta pronto!
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